La exposición estuvo a cargo de la directora del Área de la Mujer, Gabriela Gaspar, quien al inicio detalló a los presentes el objetivo del Protocolo. Al respecto consignó que el mismo surgió con la necesidad de aunar los criterios del equipo interdisciplinario que conforma el Programa de Protección a Víctimas de Violencia Familiar con Perspectiva de Género. De este modo se establecieron pautas, procedimientos de actuación y de atención a las víctimas, tanto para la detección temprana como para la valoración, actuación e intervención ante situaciones de violencia. Teniendo como finalidad ofrecer orientación, asesoramiento, acompañamiento y seguimiento para la atención integral a aquellas personas que sufren violencia familiar y acuden al programa.
Seguidamente, Gaspar se refirió a tres ejes de intervención presentados mediante los canales de recepción. Primeramente, detalló: “En un primer momento eran consultas por un problema familiar, sin expresar la existencia de violencia. Esto era así porque en ese momento no se hablaba de violencia de género, cuando interveníamos reconocíamos factores de riesgo, como, por ejemplo, violencia económica”. Se sumaban otras en las que la víctima no reconocía la situación de violencia familiar y la estrictamente referida a este tipo de violencia.
En relación al procedimiento establecido se consignó como eje central el registro de datos socio demográficos. En él se receptan los siguientes datos: nombre y apellido, domicilio del consultante, de la presunta víctima y del agresor, y del grupo de contención. Sobre este último punto, Gaspar señaló: “Entendimos la necesidad de generar redes de contención con iglesias, fundación, CICs, ONGs y centros vecinales”. Además, resaltó que toda la información brindada es confidencial, reservándose los nombres y todo otro dato de los involucrados.