Mientras escribía en las redes para comunicar esto se me caían las lágrimas, y más lágrimas aun cuando leía las cosas lindas que me escribía la gente. Siempre tuve el apoyo, desde el minuto uno, y fue lindísimo todo ese apoyo. Me hizo salir adelante en mi carrera y también afrontar las lesiones, le dijo Juan Figallo a La Nación.
Sostuvo que las lesiones les suceden a casi todos los deportistas de alto nivel. Si bien yo he tenido un par más que lo común, siempre tuve claro que estaba haciendo lo que me encantaba, lo que más disfrutaba. Y me sentía uno de los privilegiados del mundo por poder disfrutar y vivir de la carrera de rugbista. Hay sólo un puñado de argentinos que están haciendo esto.
El principio del fin de la carrera de Chipi fue el 5 de octubre de 2019, durante el partido contra Inglaterra por la etapa de grupos del Mundial de Japón, que terminaría en derrota por 32-10. Un golpe en la cabeza le condicionó el futuro como deportista, situación que terminó derivando este viernes en su anuncio del adiós definitivo al rugby.
"Durante el partido tuve el golpe, el mareo, y en los días posteriores intenté entrenarme y cada vez que corría me mareaba, así que volví a Saracens y empecé con el protocolo de la cabeza. Tenía que hacer varios pasos. Superaba uno, pero al siguiente no, y tenía que volver a arrancar. A la parte tres, que era correr, no podía superarla, y cada vez que corría volvía a estar mareado y a tener síntomas", cuenta. Comenzó un periplo de consultas a especialistas y realizó múltiples intentos de volver a sentirse pleno. "Estuve viendo especialistas en Londres (primero, un neurólogo, y luego, un especialista del oído interno) y me hicieron un montón de estudios. En este momento estoy medicado y no sé hasta cuando tendré que estarlo", revela.
Tras sus inicios en el Jockey Club de Salta, Figallo partió en 2009 hacia Montpellier, donde participó en 53 partidos y anotó cuatro tries. Conoció la gloria en la elite vistiendo la camiseta de Saracens desde 2013, ganando dos Champions Cup, tres Premiership y una Anglo-Welsh Cup. "Saracens siempre me apoyó en todo. Cuando volvieron a llamarme para jugar en Los Pumas, me dejó ir. Siempre me cuidaron acá, en el club. Las charlas fueron tranquilas y terminé muy bien con el club", agradece el primera línea.