Adrián Ilave, historiador especializado en culturas andinas, diseñador y productor cultural peruano residente en Sao Paulo, explica el historiador,“Pachamama no es solamente ‘madre Tierra’. ‘Pacha’ quiere decir ‘espacio-tiempo’ y ‘mama’ también significa ‘aquello que es lo más grande’. Entonces, se puede pensar el concepto como aquel gigante maternal que abraza el espacio-tiempo”.
No hay un solo significado de Pachamama, advierte Guillermina Espósito, doctora en ciencias antropológicas, docente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) e investigadora del Instituto de Antropología de Córdoba del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (IDACOR-CONICET).
Es que, para la investigadora, analizar la Pachamama es parte de procesos siempre inconclusos, de transformación, de prácticas que se reproducen, se reelaboran, se expanden e innovan en sus formas y significados. Por lo tanto, no debiera pensarse que se habla de lo mismo cuando diversos grupos hacen mención a ella.
Asimismo la antropóloga la define como un ritual y como una entidad que tiene poder y a la que se debe respetar: “Aparece como un culto, como una ofrenda de agradecimiento y de propiciación para conseguir cosechas abundantes y una buena reproducción de animales propia del mundo indígena y campesino andino”.
Según Ilave, la Pachamama se manifiesta a través de formas antropomorfas. Así, coincide con Espósito cuando asegura que esta figura se expresa en una multiplicidad de objetos como manantiales o animales.
De acuerdo con la especialista argentina, los rituales a la Pachamama se realizan siempre durante el mes de agosto, en coincidencia con el inicio del ciclo agrícola en el hemisferio sur. Se retira el invierno y comienza la primavera, el momento de la siembra: “Un tiempo que reclama fertilidad, abundancia y muchos rituales para propiciar que eso sea posible”.
Fuente: National Geographic