“La subsistencia del Mercosur es nuestro motivo”, sostuvo el legislador salteño en el inicio de la reunión y aclaró que la idea es que el trabajo conjunto de ambas comisiones contribuya a dilucidar el presente del bloque comercial y un común empeño en “sacar adelante el Mercosur más allá de nuestras ideologías”.
En ese marco, el economista Carlos Bianco efectuó un repaso de la actualidad de los tratados de libre comercio o “mega acuerdos regionales” que se están negociando en distintos puntos del mundo y su impacto en Argentina, aclarando que, por la complejidad que presentan, aún no están cerrados, siendo el más avanzado el “Transpacífico”, que se ratificaría recién en 2018.
Esto responde a la imposibilidad de los países desarrollados en avanzar en acuerdos de libre comercio, ya que desde la creación de la OMC (Organización Mundial del Comercio) en 1995 y hasta la fecha, hubo escasos avances, quedando mayormente impulsado el proceso de liberalización de inversiones solo por empresas transnacionales, opinó.
Es así, que según Bianco, hubo que desarrollar acuerdos parciales a nivel regional, para avanzar a un mercado global cada vez más integrado en el marco de las cadenas globales de valor, donde se distribuye la producción en distintos puntos del mundo de acuerdo a las ventajas, al avance o especialización de cada país, hecho que demuestra que son las grandes corporaciones quienes empujan el proceso de globalización en el mundo.
Mercosur – Unión Europea y muchas asimetrías
Bianco fue pesimista sobre las negociaciones entre Mercosur y Unión Europea, tema que interesa a la Argentina, a partir de las asimetrías que se desprenden de las mismas.
Dijo que tras dos intercambios de ofertas insatisfactorios para las partes, las negociaciones se retomaron en 2010 cuando se pidió avanzar a un acuerdo que respete el menor desarrollo de países del Mercosur respecto de la UE y con clausulas de trato especial y diferenciado que ayuden a salvaguardar las industrias nacionales de los países más pobres, cosa que no se aceptó.
Finalmente en abril de este año se produjo el tercer intercambio de ofertas, no habiendo trascendido los términos del mismo, pero destinado al fracaso según su óptica, por haberse excluido a último momento el rubro de carne bovina, lo que supone una derrota para el Mercosur, dado que ese es el principal sector que contribuía a aumentar las exportaciones a la UE.
De aprobarse en esas condiciones la apertura del comercio entre Mercosur y UE, la Argentina podría exportar a nuevos mercados de Europa U$S 1.400 millones adicionales, pero dejando de exportar a Brasil, su principal mercado, U$S 1.450 millones, por el ingreso de productos del viejo continente.
Igual situación se produciría en materia de importaciones, estimando en U$S 3.330 millones de productos europeos que podrían llegar a la Argentina, en lugar de los U$S 2.300 millones que actualmente se gasta en importaciones brasileñas, para un saldo neto que indica que “vamos a exportar U$S 100 millones menos y vamos a importar U$S 900 millones más”, concluyó el economista.