El cambio de postura de algunos senadores que habían votado en contra en 2018, la ausencia de otros que rechazaban la iniciativa y la renovación, el año pasado, de un tercio de los representantes del Senado, fueron los factores clave para la sanción esta madrugada de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en la cámara alta.
El Senado convirtió este miércoles en ley la legalización del aborto, en una histórica sesión que fue seguida por miles de manifestantes y colectivos de mujeres de todo el país y en la cual también se sancionó el Plan de los 1000 días de cuidado integral de la salud durante el embarazo y la primera infancia.
Con el apoyo de senadores oficialistas y opositores, el proyecto sobre el aborto se transformó en ley en una votación crucial que deja al Gobierno con una de sus promesas de campaña saldadas en el cierre de su primer año de gestión y una victoria legislativa de cara al ciclo electoral que se avecina.
La aprobación del IVE fue posible tras un acuerdo alcanzado con algunos senadores indefinidos para hacer retoques en el texto al momento de la promulgación, en una sesión que comenzó el martes y se extendió durante 12 horas.
Aunque días atrás parecía que otra vez se iba a tropezar con la piedra del Senado, el "si" a la legalización del aborto (mediante el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo) hasta la semana 14 de gestación se impuso por 38 votos afirmativos, 29 negativos, una abstención y cuatro ausentes, un resultado que es casi en espejo invertido respecto a la votación del 2018.
Así, la Cámara tradicionalmente más conservadora del Congreso, que frenó hace dos años la misma iniciativa por 38 votos contra 31, dos abstenciones y un ausente, logró esta vez darle luz verde a una ley que prioriza el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo por sobre las objeciones basadas en los preceptos constitucionales de defensa de la vida desde la concepción.
Los cambios en el voto, abstenciones y ausencias
La aprobación obtuvo la misma cantidad de voluntades que sumó el rechazo hace 2 años, pero con una ventaja mayor en esta oportunidad, ya que la diferencia fue de 9 votos, mientras que en 2018 fue de 7.
Entre las razones de este cambio se encuentra la modificación del voto de 7 senadores nacionales que habían votado en forma negativa, se abstuvieron o estuvieron ausentes en 2018 y ahora votaron a favor, se abstuvieron o no participaron de la sesión.
La única senadora que cambió el sentido de su voto, de negativo a positivo, fue la rionegrina Silvina García Larraburu (Frente de Todos), mientras que ningún legislador que había votado a favor o se había abstenido en 2018 cambió su postura o estuvo ausente en esta oportunidad.
El senador nacional que votó en forma negativa en 2018 y cambió su voto al abstenerse, fue el jujeño Guillermo Snopek (Frente de Todos), mientras que la neuquina Lucila Crexell (Juntos por el Cambio) se abstuvo hace dos años y ahora también modificó su voluntad al votar a favor.
Otro de los cambios a la hora de votar fue la situación de la senadora justicialista por San Luis María Eugenia Catalfamo, quien en 2018 estuvo ausente y ahora votó a favor.
También las ausencias de los justicialistas José Alperovich, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá incidieron en el resultado, porque los tres votaron en contra la pasada votación y ahora no lo hicieron por no participar de la sesión por diferentes motivos personales.
La cuarta senadora ausente fue Clara Vega de La Rioja, por lo que esa provincia pasó de aportar 3 votos al rechazo, a solo uno de la mano del radical Julio Martínez.
Renovación de la Cámara
Asimismo, influyó que la Cámara de Senadores se renovó en un tercio de sus representantes de las provincias de Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y la ciudad de Buenos Aires, al mismo tiempo que hubo cambios por legisladores que pasaron a ocupar cargos ejecutivos, como el actual gobernador santafesino Omar Perotti.
Uno de esos casos testigo fue el ingreso de los senadores de Juntos por el Cambio por la Ciudad. Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri votaron a favor, mientras que sus antecesores del mismo espacio político, Federico Pinedo y Marta Varela, lo habían hecho en sentido contrario en 2018.
En ese recambio, Salta pasó de 3 votos negativos a 1 uno positivo, con el aval de Nora Giménez; mientras que Chaco pasó de tener 2 votos positivos a solo un votó a favor.
Otro legislador que se sumó a la aprobación del aborto fue el salteño Sergio Leavy (Frente de Todos), quien dos años atrás, como diputado nacional había votado en contra.
Desde el Frente de Todos, en coincidencia con el discurso de cierre de la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti, también remarcan que una de las claves para que la ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo se haya aprobado fue "la voluntad política del Gobierno" encabezado por el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El suspenso sobre el resultado se mantuvo en el Senado hasta el último minuto y la opción por el "sí" al aborto se definió finalmente con el anuncio del oficialismo de que se vetaría parcialmente un artículo cuya interpretación sobre la alternativa del aborto después de la semana 14 de gestación era muy amplio.
Tras la sanción de la norma sobre el aborto, el Senado aprobó por unanimidad el proyecto de Ley Nacional de Atención y Cuidado Integral de la Salud durante el Embarazo y la Primera Infancia, conocido también como el Plan de los 1000 días.
Ahora, con la flamante normativa lograda tras al menos seis envíos fallidos de proyectos de ley similares en los últimos 15 años, las mujeres podrán interrumpir un embarazo sin temor de ir a prisión hasta la semana 14 y el sistema de salud público deberá garantizar la cobertura de la intervención de manera gratuita.