El decreto, que lleva las firmas del presidente de la Nación, Javier Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, sostiene que hubo una “sobrerregulación de la actividad postal”, que “generó barreras de ingreso al mercado, restringiendo la competencia, lo que derivó en un servicio de peor calidad y mayores precios, perjudicando al usuario del servicio”.
“Es posible advertir que mientras algunas regulaciones son innecesarias, en tanto constituyen una excesiva intromisión del Estado en el sector; otras, por el avance de la tecnología, han quedado desactualizadas, ya que diversos trámites podrían realizarse de manera más eficiente a través de medios digitales”, dice el escrito.
“Se dispone la desregulación del comercio y la eliminación de toda exigencia normativa que restrinja la oferta de bienes y servicios e impida la libre iniciativa privada”, establece la medida del Ejecutivo.
“El Gobierno ha tomado la decisión de desregular el servicio de correos. Con esta medida lograremos más competencia, mayor digitalización y mejor seguridad en materia postal”, indicó el vocero presidencial, Manuel Adorni, horas antes de la publicación del decreto. Además, la cartera que dirige Federico Sturzenegger detalló que la idea es eliminar las “decisiones burocráticas que restringen la oferta de bienes y servicios”.
Además, el documento oficial eliminó los listados de requisitos excesivos, para llevar adelante la actividad, y los registros que “implican mayor burocracia y menor transparencia”.
“Con esta decisión se eliminan todos los vestigios de predominio postal y las exclusividades otorgadas a empresas de correo estatales referidas al envío de cartas documento, de telegramas y encomiendas de hasta 50 kilos, al abrir la competencia y facilitar el acceso de otros operadores”, agregó el Gobierno. Y completó: “La presente medida no innova ni altera las disposiciones sobre secreto postal ni en materia de seguridad”.