El 4% de la población rural total del país depende del cultivo de tabaco para su subsistencia (tomando una familia rural tipo de 4 integrantes). Tomando a la cadena de tabaco en su conjunto, en el año 2016 un total de 249.327 trabajadores dependían para su subsistencia de la producción, comercialización e industrialización del tabaco a nivel nacional, lo que equivale a 1,5% de la población ocupada a nivel nacional (en base a datos de la EPH-INDEC IVT 2016).
Si se toma al grupo familiar, se estima que 575.591 personas dependen del cultivo, esto es 1,43% de la población total del país.
Según el mismo relevamiento, en la última campaña (2015/16) la producción total de tabaco alcanzó las 93.671 toneladas, lo que significó un valor de 3.667 millones de pesos a nivel de producto, sobre una superficie cultivada de 56.068 hectáreas, distribuidas en las siete provincias norteñas dedicadas al cultivo del tabaco: Jujuy, Salta, Misiones, Tucumán, Corrientes, Catamarca y Chaco.
El tabaco es el principal demandante de mano de obra por unidad de superficie del sector agropecuario. En su etapa primaria, requiere 120 jornales por hectárea, con un mínimo de 70 jornales. Para contrastar, en el caso de la soja, el trigo y el maíz, esa cifra es de 0,44 jornales por hectárea.
Cinco impuestos gravan la actividad (Fondo de Asistencia Social, Fondo Especial del Tabaco, Impuestos Internos, Impuesto al Valor Agregado e Ingresos Brutos) siendo tres de ellos específicos. A través de estos impuestos, en el año 2016 el Estado recaudó más de 46.000 millones de pesos. El 11% de ese monto vuelve en beneficios a los productores tabacaleros a través del Fondo Especial de Tabaco (FET), que distribuyó en la última campaña un total de $5.180 millones. De ese total, el 80% se destina directamente a los productores y el 20% restante es retenido por el órgano de aplicación, que lo debe afectar a proyectos de inversión del sector.
A partir del 1º de mayo de 2016, la carga fiscal que pesa sobre los cigarrillos pasó del 69% al 80% del precio de venta del producto, por una suba del llamado impuesto interno, uno de los cinco impuestos que gravan los cigarrillos, que pasó del 60% al 75%.