La iniciativa, aprobada la semana pasada en Diputados, obtuvo en la Cámara alta 38 votos positivos, de los 31 senadores del interbloque oficialista; los aliados Alberto Weretilneck (Juntos Somos Río Negro), Magdalena Solari Quintana (Misiones) y Clara Vega (Hay Futuro Argentina); y los legisladores de Unidad Federal Guillermo Snopek, Edgardo Kueider, Carlos “Camau” Espínola y María Eugenia Catalfamo, exmiembros del Frente de Todos.
En tanto, los 27 votos negativos correspondieron a Juntos por el Cambio y la schiarettista Alejandra Vigo. Hubo seis ausentes.
Durante el debate, la oposición reiteró sus argumentos en contra de la medida por considerarla de corte “electoralista”, además de enfatizar en la pérdida que significará para las provincias la recaudación por este tributo coparticipable. También advirtieron que generará más inflación.
A partir de la nueva norma, se modifica la cuarta categoría de Ganancias y sólo pagarán el impuesto los mayores ingresos, cuyo valor esté por encima de 15 salarios mínimos, vitales y móviles, actualmente equivalente a $1.770.000 -nuevo mínimo imponible-, que se irá actualizando.
De esta manera, se prevé que el tributo alcanzará a 90 mil contribuyentes (actualmente lo pagan 700 mil), que representan un 0,88% de los trabajadores registrados en Argentina. Entre quienes seguirán pagando se encuentran CEO’s, puestos calificados, cargos políticos y jubilaciones de privilegio.
Además de mantener el beneficio de deducción del 22% para zona desfavorable, la ley crea el denominado “impuesto cedular” para los mayores ingresos, que entrará en vigencia a partir de enero de 2024, y tendrá una escala progresiva con alícuotas que oscilan entre el 27% y 35%.