La entidad sostuvo que “el declive en los ingresos reales de las familias, la explosión de la venta informal y la escasez de mercadería en negocios como indumentaria, calzados o materiales de la construcción impactaron en la demanda del mes”.
“Diciembre no tuvo el resultado esperado porque si bien las ventas se recuperaron en relación con lo que fue el año, siguieron disminuyendo frente a 2019, que de por sí fue un año malo”, agregó CAME.
Según la medición, el 33,5% de los negocios relevados finalizaron el mes con alzas anuales, mientras que el 60% tuvo resultados negativos.
Los rubros que registraron en el año mayores retrocesos fueron: relojerías, joyerías y bijouterie (-16,5%), neumáticos y repuestos para autos y motos (-14,3%), mueblerías, decoración y artículos para el hogar (-13,9%), y calzado y marroquinería (-13,8%).
En tanto, los rubros con menores caídas interanuales en diciembre fueron: alimentos y bebidas (-3,2%), farmacias (-2,3%), electrodomésticos y artículos electrónicos (-3,6%), ropa y artículos deportivos (-5,3%) y ferreterías, materiales eléctricos y para la construcción (-7%).
Además, “los negocios de librerías y juguetes finalizaron el mes con cierta decepción tras una Navidad, que en cantidades vendidas, resultó bastante pobre, y terminaron diciembre con un descenso anual de 11,2%”, precisó el informe.
En indumentaria, las ventas se achicaron 11,9% anual en diciembre, y en perfumerías y cosméticas las ventas bajaron 12,6% anual.
Según CAME, las expectativas para los próximos meses “son cautas por ahora: en tanto solo el 17,1% de los comerciantes de la muestra creen que las ventas subirán, mientras que la mayoría, el 51%, cree que se mantendrán sin cambio”.
El informe de CAME se realizó en base a una muestra de 1.000 comercios de todo el país relevados entre el lunes 28 y el jueves 31 por un equipo de 30 encuestadores.