La intervención de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, se produjo tras la denuncia radicada por la víctima, en contra de su expareja, de quien se separó por sufrir episodios de violencia y con quien tuvo una hija.
Del requerimiento, surgió que el 2 de diciembre de 2020, cerca de las 21, la víctima acudió al domicilio del acusado, ubicado en barrio Norte Grande de la Ciudad de Salta, para retirar a la menor.
Una vez en el domicilio, el acusado atentó contra la integridad física de su expareja, al propinarle un golpe en la cabeza y arrojarla en la cama, para luego someterla a tocamientos y accederla carnalmente.
El imputado también retuvo a la víctima en su domicilio contra su voluntad, desde el momento del hecho, hasta la madrugada del 3 de diciembre, luego de que la víctima le dijera que sentía mucho dolor de cabeza y le rogara al acusado que la llevara a una salita, circunstancia que fue aprovechada por la damnificada para pedir auxilio en un puesto policial de Infantería. En ese momento, el acusado escapó.
En sus fundamentos, el fiscal penal Federico Obeid, sostuvo que el acusado, con su actuar depravado e insano y para satisfacer su propia lascivia, atentó contra la integridad sexual de la damnificada, al accederla carnalmente por la fuerza y sin su consentimiento, luego de agredirla físicamente con un golpe en la cabeza, que le produjo lesiones verificadas mediante informes médicos.