En lo que significa el primer dato oficial sobre las condiciones de vida de los argentinos del presidente Javier Milei, y pese al intento del Gobierno por contener a los segmentos desprotegidos, la pobreza creció al 52,9% en el primer semestre del año. Es la más alta desde 2003.
El dramático número fue calculado por los técnicos que trabajan en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec e informado esta tarde por el organismo estadístico que dirige Marco Lavagna. La cantidad de pobres, si se proyectan los datos oficiales a todos el país, llega a casi 25 millones. La indigencia saltó a 18,1% y alcanza a 8,5 millones personas.
El aglomerado con mayor pobreza del país fue Gran Resistencia, con 76,2%. Formosa aparece después con 67,6%; La Rioja, con 66,4% y Santiago del Estero-La Banda, con 64%. La Ciudad de Buenos Aires es la que muestra menos cantidad de pobreza relativa (23,1%). En niveles absolutos, en los partidos del conurbano viven más de 2 millones de pobres.
El año pasado -al cierre del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner- había terminado con una pobreza de 41,7% y una indigencia de 11,9% en un contexto de caída de la economía, del empleo, de los salarios y de una inflación que se triplicaba en sólo un año. Cuando el cuarto gobierno kirchnerista comenzó su gestión, la pobreza era de 35,5%.