El Museo del Holocausto de Buenos Aires busca mantener viva la memoria de la Shoá (término hebreo que se refiere al exterminio de los judíos), honrar a sus víctimas y educar para la convivencia en paz y la prevención de crímenes contra la humanidad.
Con el lema “Una noche para no olvidar”, en el Centro Cultural Kirchner de Buenos Aires presentaron el proyecto de renovación del edificio construido en 1915 y cedido en 1999 por el Estado argentino. “El Museo del Holocausto está destinado a mantener, difundir, informar y educar a la sociedad argentina acerca de lo ocurrido durante el genocidio del pueblo judío”, dijo Marcelo Mindlin, presidente de la institución.
Al finalizar la remodelación integral, el edificio contará con una superficie total de 3154 m2, con una incorporación de 988 m2 antes en desuso. La muestra principal contará con 780 m2 y abarcará desde los procesos bélicos, políticos y sociales a nivel general hasta las historias singulares de sus protagonistas, con especial énfasis en los puntos de contacto del Holocausto con la Argentina. Se dará un lugar de relevancia social a un patrimonio de más de 5.500 objetos originales, 5.800 libros y 770 videos.