El gobernador Juan Manuel Urtubey asistió a la ceremonia de beatificación de los siervos de Dios Monseñor, Enrique Ángel Angelelli Carletti, Padre Gabriel José Rogeri Longueville, Fray Carlos de Dios Murias y Wenceslao Pedernera. El acto se realizó en el Parque de la Ciudad, en La Rioja.
El gobernador Urtubey expresó que es una alegría enorme participar de una ceremonia a la que consideró un "acto de estricta justicia” y señaló su relevancia, calificando a la beatificación de los mártires como “un hecho histórico para toda América Latina. Vengo a traer el abrazo de todos los salteños, estamos muy felices de poder ser parte de esto”, concluyó el mandatario.
En la celebración histórica para la Argentina también estuvieron presentes la vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti; los gobernadores La Rioja, Sergio Casas, de Córdoba, Juan Schiaretti; de Catamarca, Lucía Coparcci, y el exgobernador de San Juan, José Luis Gioja.
La celebración de la ceremonia litúrgica fue presidida por el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos y enviado del papa Francisco para la beatificación de los mártires riojanos. La beatificación es el paso previo en el protocolo de la Iglesia Católica para el reconocimiento de un fiel católico como Santo.
El acto religioso fue concelebrado por unos 50 obispos argentinos y unos 300 sacerdotes, convocó a cientos de fieles y vecinos de La Rioja y el país que se acercaron a vivir un acto litúrgico histórico. El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello participó en el emotivo acto.
El arzobispo de Mendoza y exobispo de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, monseñor Marcelo Colombo, fue el encargado de la lectura de la Santa Apostólica del Papa Francisco que declara beatos a los sacerdotes. Luego se descubrió una gigantografía de Enrique Angelelli y de mártires riojanos.
En junio de 2018, el papa Francisco había declarado mártires a monseñor Enrique Angelelli, a los sacerdotes Gabriel Longuevilley Carlos de Dios Murias y al laico Wenceslao Pedernera y decidió su beatificación. Los sacerdotes consagrados beatos sufrieron persecución por su compromiso evangélico y murieron en La Rioja durante la última dictadura militar.
En la ceremonia recordaron frases de monseñor Enrique Angelelli, entre ellas: "¿Puede alguien permanecer indiferente ante esta angustiosa realidad? ¿Podemos, sin caer en la complicidad, seguir callando?." "Con un oido en el pueblo y el otro en el Evangelio", fueron algunos de sus célebres pensamientos.