El imputado fue denunciado por la madre de la víctima. La mujer refirió que en agosto del año pasado salió en busca de su hija menor, quien se había retirado del domicilio el día anterior. Se encontraba recorriendo el barrio 60 Viviendas cuando recibió un llamado de uno de sus hijos, avisándole que la menor ya se encontraba en su domicilio y que había llegado llorando.
Cuando se entrevistó con ella, la adolescente le contó que “Piojo” le había pegado. Le manifestó que había ido a la casa del imputado a verlo y, cuando quiso retirarse, Frías la encerró en una pieza, le ató las manos y comenzó a golpearla en el rostro y en la cabeza. Para que no gritara le cubría la boca y luego la sometió sexualmente.
La damnificada relató que logró escapar cuando le pidió al acusado que la dejara ir al baño. Este accedió y ella corrió hasta su casa.
En el marco de la causa, se requirió informe al Hospital Señor del Milagro sobre la historia clínica del imputado, donde consta que Frías tiene antecedentes de infección con HIV/Sida, sin controles ni tratamiento.
En la audiencia encabezada por la jueza de la Sala II, María Victoria Montoya Quiroga, José Braulio Frías fue condenado a ocho años de prisión efectiva por los delitos de abuso sexual con acceso carnal calificado por el conocimiento del imputado de la portación de una enfermedad de transmisión sexual grave habiendo existido peligro de contagio, y por privación ilegítima de la libertad calificada, en concurso ideal.
La jueza dispuso que se le realice examen médico y extracción de material genético al condenado, para su inscripción en el Registro nacional y provincial de condenados vinculados a delitos contra las personas y contra la integridad sexual.