En su requerimiento de juicio, el fiscal Santiago López Soto, a cargo de la UFINAR, señaló en relación a Tayagüi que las distintas pruebas realizadas permitieron “determinar que el mismo cumplía el rol de proveedor de la sustancia estupefaciente que posteriormente era distribuida y comercializada por los otros imputados, recibiendo también el dinero producto de esa venta”.
En tal sentido, agregó que si bien al momento del allanamiento y detención de Tayagüi, la policía logro el secuestro de una camioneta Toyota Hilux, utilizada para entregar la droga y una motocicleta Rouser, en la que solía moverse por la feria de barrio Solidaridad, punto de encuentro con sus cómplices.
También se incautó la suma de “$ 1.062.132 y U$S 40.000 cuya procedencia legítima Tayaguï no puede justificar, ya que de acuerdo a los informes remitidos por AFIP y ANSES, el mismo no registra actividad laboral alguna por la que pueda percibir esos ingresos, sumado a que en oportunidad de practicarse el informe ambiental por parte del Asistente Social del Poder Judicial,el imputado reconoció el origen del dinero y la actividad que realizaba”.
Al margen de ello y dada la gran cantidad de plata secuestrada, para la fiscalía quedó claro que la actividad desplegada por Tayagüi le dejaba ganancias millonarias, pues no todos tienen una suma de más de un millón de pesos sin que se le conozca una profesión u oficio, como lo dejaron expuesto los informes de la AFIP y ANSES.
Ultima transacción
La detención de Tayagüi se produjo el marte 20 de marzo pasado. Ese día a las 17.30, el acusado salió de su casa en la manzana L, del barrio Don Santiago en su motocicleta Rouser. Llevaba una carga de droga, la cual debía entregarle a Pablo Rearte, su distribuidor y mano derecha.
La transacción se realizó en una estación de servicio YPF de la zona de Sur, tras lo cual los policías que ya contaban con las órdenes de allanamiento y detención para todos los implicados, interceptaron a Tayagüi en la vía pública cuando regresaba a su casa y lo arrestaron.
Enseguida, otro grupo de policías esperó a Rearte en la puerta de su casa, donde lo detuvieron y allanaron su vivienda en calle Coronel Suárez 937. En tanto el grupo asignado a Tayagüi hacía lo propio en la casa del mismo en el barrio Don Santiago, la cual tenían bajo vigilancia.
Sin embargo un familiar, al advertir que la Policía los tenía cercado, reunió la mayor cantidad de dinero, unos 820 mil pesos, los metió en dos bolsas de plástico de supermercado y las arrojó al fondo de la casa de su vecino, un hombre de 56 años.
La acción fue advertida por los policías, quienes al irrumpir en la casa de Tayagüi, también lo hicieron en la de su vecino, quien sin reparos permitió el ingreso de los efectivos. El hombre desconocía totalmente que semejante suma había caído del cielo en su propiedad, pues en el momento en que su vecino narco arrojó el dinero, se hallaba en el frente de su vivienda, ocupado con tareas de refacción.
Caído del cielo
Al acompañar a los policías hasta el fondo de su casa, el vecino pudo ver dos bolsas, una blanca y otra verde en el suelo, una de ellas tenía una abertura, producto del golpe al caer, y de la misma salían dos fajos de billetes de cien pesos.
La otra bolsa era más grande y en su interior había una suma de 619 mil pesos. El dinero fue contado y secuestrado por los uniformados, quienes luego se sumaron a otros compañeros que ya requisaban el interior de la casa de Tayagüi.
Los policías que requisaron la vivienda acompañados de testigos civiles, comenzaron por el sector del “quincho”, dondeencontraron sobre una mesa una balanza gramera, utilizada para el fraccionamiento de la cocaína. Luego, avanzaron hacia la cocina comedor. En este ambiente, debajo de una mesada encontraron otra importante cantidad de dinero en billetes de 200, 100, 50 y 20 pesos. El total sumó $ 200.000.
Posteriormente en la alacena de la cocina sector de los cajones, se secuestró un total de seis equipos celulares. Asimismo desde el interior de una alacena de madera color marrón, parte superior de la cocina, se incautó una bolsa plástica, en cuyo interior había 44 de las denominadas “pilas” de cocaína. Al verse seriamente comprometido con todo lo secuestrado hasta ese momento, finalmente Tayagüi decidió colaborar.
En el lavadero
El imputado indicó que tenía “cosas para entregar en la zona del lavadero”, por lo que personal policial secuestró en ese lugar y a instancia del acusado, “un gato hidráulico color azul tamaño chico; un tubo de metal, un perno metálico tamaño chico y dos planchas metálicas, con los cuales preparaba las denominadas pilas”. Al requisar las habitaciones del primer piso, en un sector destinado como living, la Policía secuestró una notebook propiedad de Tayagüi. Asimismo, se encontró una cartera color negra de cuerina con tachas metálicas, la cual contenía en su interior más dinero, aunque no mucho: una suma de 1.784 pesos.
En una segunda pasada por el lavadero, y siempre en presencia de los testigos civiles, los policías encontraron un “taper color rosado conteniendo en su interior cuatro fajos de dólares discriminados en 400 billetes de 100 dólares, haciendo un total de 40.000 dólares”.
Por otra parte, el personal policial también procedió al secuestro de una camioneta Toyota Hilux y la motocicleta Rouser. Pasada la medianoche, a más de seis horas de haber iniciado el allanamiento, los policías se dieron con otra sorpresa. Se trata del hallazgo de una mochila estudiantil, la cual estaba debajo de una mesa en el comedor. Al revisarla, creídos de que sólo hallarían útiles escolares, los policías encontraron nada menos que más dinero, una suma de 40.100 pesos.