La condena fue unificada con otra dictada al acusado por un hecho ocurrido posteriormente, por abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y la convivencia preexistente. Ambas penas fueron unificadas en el monto de doce años de prisión.

El procedimiento abreviado se llevó a cabo en la Sala IV del Tribunal de Juicio, presidio por la jueza Norma Beatriz Vera.

Se ordenó que el imputado continúe alojado en la Unidad Carcelaria 1 y que reciba tratamiento psicológico por la naturaleza del hecho por el cual resultó condenado.

La jueza dispuso además que el acusado sea examinado por un profesional del Servicio Médico del Poder Judicial y que se le extraiga muestra de ADN para su inscripción en el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual y en el Banco de Datos Genéticos Provincial.

El imputado fue denunciado por su expareja. La víctima refirió que luego de un año y seis meses de noviazgo, y tras algunos episodios de violencia familiar, decidió terminar su relación con el acusado. Él no aceptó su decisión y comenzó a enviarle mensajes a su celular, amenazándola con hacerle daño a ella y a sus hijos (fruto de una relación anterior).

Una mañana la interceptó cuando ella volvía de dejar a los chicos en el colegio y la acompañó de regreso a su casa para hablar. Ante su negativa a reiniciar la relación, el acusado la empujó, le pateó la canilla y le dijo: “Vos no me vas a dejar, vos tenés la de perder, te voy a matar”.

En otra oportunidad, el imputado se presentó en la casa de la damnificada. Comenzaron a discutir, la obligó a entrar a la habitación y la obligó a tener relaciones sexuales, sometiéndola a la fuerza.

El sujeto se retiró de la vivienda cuando escuchó llegar un remis, creyendo que eran los hijos de la denunciante que estaban volviendo a casa.