El juez Maximiliano Troyano condenó al imputado P. E. H. en un procedimiento abreviado llevado a cabo en la Sala IV del Tribunal de Juicio. Lo consideró autor material y penalmente responsable de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de L. A. C. G., abuso sexual simple continuado agravado por la guarda en perjuicio de M. A. L. P. y abuso sexual simple (tres hechos) agravado por la guarda en perjuicio de L. A. V., todo en concurso real.
Una de las denunciantes refirió que, el día del hecho, su hija de nueve años se encontraba jugando al fútbol con sus hermanos menores en el inmueble del imputado, quien era su vecino. En determinado momento, la menor vio a su gato Ciro dirigirse hacia el fondo, donde había un auto estacionado, y fue a buscarlo. El imputado se encontraba en ese lugar y, sin mediar palabra, le bajó los pantalones y sometió a la niña a actos que menoscabaron su integridad sexual. Al regresar a su casa, la menor le contó a su abuela lo sucedido, llorando, y manifestó que no era la primera vez que el vecino la sometía a tocamientos en sus partes íntimas.
Tras esta denuncia, P. E. H. fue acusado por su cuñada. La mujer refirió que el imputado (esposo de su hermana) había abusado de su hija cuando era más chica. Dijo que en ese momento la menor iba a sexto grado y que el día del hecho se había quedado a dormir en la casa de P. E. H. Cuando ella fue a buscarla, la niña le contó que su tío le había tocado sus partes íntimas mientras jugaban a las escondidas. La mujer afirmó que en ese momento no radicaron denuncia en contra su cuñado, pero decidieron cortar relaciones con él y con su hermana.
P. E. H. fue denunciado también por otra sobrina. La joven manifestó que el imputado la hostigó sexualmente desde que ella tenía 6 años de edad, hasta que cumplió los 7 y se animó a contar lo que él le hacía. Recordó puntualmente tres hechos. Uno de ellos, ocurrido un verano. Dijo que estaba con su prima en casa de su abuela cuando las mandaron al negocio a comprar y P. E. H. se ofreció a llevarlas en moto. Ella iba sentada delante del acusado y él le apoyó su miembro. Para zafar de la situación, tiró sus sandalias al suelo, obligándolo a detenerse.
En otra oportunidad, cuando ella se había quedado a dormir en casa de sus tíos, el imputado la llevó a su cama y le tocó sus partes íntimas. También ultrajó su integridad sexual en el patio de una escuela. Su mamá y su tía concurrían al lugar a tomar clases de pinturas y, mientras tanto, ella y su primita se quedaban afuera, jugando. “Hace tres años P. E. H. se mudó a mi barrio y comencé a sentirme atemorizada. Pero sé que ahora se encuentra detenido porque abusó de una nena de 9 años que vive junto a su casa. Por ese motivo hoy vengo a denunciarlo, para que nadie más pase por lo que yo pasé y para que no siga abusando de niñas”, manifestó la damnificada.
El juez dispuso que P. E. H. sea trasladado a la cárcel penitenciaria local y recomendó al director de la institución que el imputado realice tratamiento psicoterapéutico por la naturaleza de los hechos por los cuales resultó condenado.
También ordenó que se le realice al condenado un examen genético (ADN) para su incorporación al Banco de Datos Genéticos, previa asignación del DUIG por el Registro provincial de condenados vinculados a delitos contra las personas y contra la integridad sexual.
Lo denunció una vecina, luego su cuñada y una sobrina
Condenado a cinco años de prisión por abuso de menores08/06/2021. Un sujeto de 47 años fue condenado a la pena de cinco años de prisión efectiva por abusos cometidos en contra de dos sobrinas y la hija de un vecino, menores de edad al momento de los hechos.