Respecto al caso en si, el agresor se encontraba cumpliendo una condena de dos años condicional y medidas de conductas impuestas por el Tribunal de Juicio de la Sala V. Fueron dos causas que se unificaron en un solo juicio donde terminó condenado por amenazas, desobediencia judicial y agresión con arma impropia enmarcado en un contexto de violencia de género.
Luego de las audiencias de juicio celebradas en abril del año pasado, el agresor condenado se sometió de forma correcta a las medidas impuestas, como ser de tratamiento por alcoholismo y psicológico solicitado por el equipo interdisciplinario en el juicio, a su vez también se le impuso la prohibición de acercamiento a la víctima, las cuales venía cumpliendo de manera correcta hasta el mes de enero.
En febrero, el condenado en fecha de su cumpleaños, se hizo presente en la casa de la ex mujer en estado de ebriedad reclamando querer estar con sus hijos, ante esta situación fue demorado y se informó del incumplimiento de las medidas de conductas impuesta por el tribunal.
En consecuencia de esta situación, la fiscal Geria considero el comportamiento del acusado y teniendo en cuenta también la posición de la víctima se les informó de la posibilidad de someterse al Sistema Unico de Monitoreo de Agresores a cargo del 911, por lo que luego de brindar conformidad las partes y contar con la factibilidad del dispositivo la fiscal Geria solicitó al juez que el agresor se someta por el tiempo de dos años al uso de la tobillera electrónica, lo cual fue aceptado.