Tras dos semanas de audiencias, en la que se escucharon más de 25 testigos, este viernes, en la etapa de alegatos, el fiscal general Carlos Martín Amad solicitó al Tribunal Orán Federal Nº2 de Salta 14 años y 8 meses de prisión para Mauricio Gerónimo por el delito de transporte agravado de estupefacientes, en calidad de coautor.
La querella, a cargo de los abogados Miguel Mogrovejo y Javier Jara en representación de la Unidad de Información Financiera (UIF), pidió 16 años de prisión por considerarlo “organizador” del delito de transporte de estupefaciente agravado. Por la defensa, el abogado Lucas Bianco requirió la absolución de su cliente. No obstante, y de manera subsidiaria, planteó que en caso de que su petición no se aceptada se aplique a su defendido la calificación penal de partícipe secundario del delito de transporte de estupefacientes, en grado de tentativa.
Los planteos, realizados en una extensa audiencia que comenzó el jueves, se iniciaron con el alegato de los abogados querellantes, quienes relataron el hecho, la investigación y describieron la prueba producida en la etapa de instrucción y en el debate. Ante al tribunal, presidido por el juez Abel Fleming, Gabriela Catalano y Domingo Batule, la querella señaló que el 14 de febrero de 2016 en la ruta 16, a 5 kilómetros de la localidad santiagueña de Taco Pozo, se interceptó un camión que había sido despachado por los integrantes de la organización con una carga de 267 kilos de cocaína. Resaltaron la tarea investigativa llevada adelante por el fiscal federal Ricardo Toranzos marcaron que las pesquisas se orientaron en varios flancos, aunque en un momento dado se centró en el departamento de Anta, en el sur de la provincia, donde se presumía que una organización narcocriminal, liderada por Wilson Maldonado Balderrama, detenido el 27 de enero pasado en Bolivia, había arrojado cocaína a través de avionetas.
La operación
Explicó que luego de este paso, Gerónimo junto a los otros siete detenidos, ya juzgados y condenados -Rubén y Alejandro Maurín, Sergio y Rubén Velarde, José Melgarejo, Francisco Escudero y su hermano Jesús Gerónimo- llevaron adelante el acondicionamiento de la droga en un camión, el cual luego fue detenido cuando se dirigía a Santiago del Estero.
Mogrovejo y Jara indicaron que el hecho ya fue probado en el juicio seguido contra el resto de la organización, entre el 21 de marzo y el 5 de septiembre de 2018 por el Tribunal Oral Federal 1. Allí se dictaron condenas para Sergio Velarde y Alejandro y Rubén Maurín de 14 años, mientras que Melgarejo, Rubén Velarde y Escudero recibieron una pena de 12 años; Jesús Gerónimo fue penado 9 años de cárcel, todo por el delito de transporte de estupefacientes agravado. La UIF recordó que la cocaína iba en un camión Mercedes Benz, conducido por Melgarejo, mientras que Rubén Maurín iba de escolta, a bordo de una camioneta Ford Ranger, mientras que Mauricio Gerónimo logró escapar en una camioneta Fiat Fiorino.
Los hermanos Velarde y su tío Escudero, en tanto, tuvieron a cargo el rol de alquilar el campo donde cayó la droga y el acondicionamiento del estupefaciente en el camión. Jesús Gerónimo, en tanto, fue detenido cuando se preparaba para la fuga. Lo aprehendieron en una casa de la localidad de El Carril, con 521.000 dólares en un bolso, dinero de su hermano Mauricio. En su análisis del caso, la querella planteó que Maurició Gerónimo fue el “organizador” de la operación, por lo que pidió 16 años de prisión para el acusado, quien siguió el alegato desde la sala de audiencias.
El alegato de la fiscalía
A su turno, el fiscal Amad explicó que el camión utilizado para el transporte de la droga estaba a nombre del ex diputado provincial Ernesto Aparicio (f), quien fue detenido e investigado por narcotráfico en Salvador Mazza.
“La droga que fue secuestrada a esta banda tenía una pureza del 80 % e iba oculta en doble fondo en el frente del camión”, detalló el fiscal, quien calificó a la sustancia incautada como “veneno” que infecta a la sociedad, en especial a las familias, las que más sufren este flagelo. “Con este veneno que es la droga dañan la salud pública, corrompen la sociedad y lo hacen con el único objetivo de tener una vida de ricos, de acumular dinero que de ninguna manera pueden justificar, a menos que hayan ganado la lotería, lo que tampoco sucedió en este caso”, afirmó.
Para reforzar lo señalado por la querella, el representante del Ministerio Público Fiscal destacó que “no sólo existe una condena ya dictada sobre el mismo hecho, sino que la Cámara Federal de Casación Penal confirmó dicha sentencia”.
A cargo de los pagos
Amad sostuvo que, a lo largo del debate, y con la prueba expuesta en el juicio a los otros integrantes de la organización, se pudo probar sobradamente la participación de Mauricio Gerónimo en el hecho, aunque sí difirió con la querella respecto a la figura penal que le cabe al acusado. “A criterio de esta fiscalía, Gerónimo no fue el organizador, sino que su función fue la de efectuar los pagos al resto de los integrantes de la banda, pues así surge de numerosas intervenciones telefónicas dispuestas en el marco de la investigación del caso”, explicó.
Para ello, señaló algunas conversaciones puntuales en las cuales los otros imputados e incluso la esposa de una de ellos, mencionaron que la plata de los pagos la traía el “Gordo”, apelativo con el cual se hacía referencia a Gerónimo. Indicó que el acusado tenía cierta posición de poder con respecto al resto, pues se hacía lo que él decía, como sucedió días previos a la detención, oportunidad en la que Gerónimo ordenó cancelar todo y el resto de los acusados no movieron la droga.
El MPF también resaltó distintas pruebas y testimonios vertidos en el debate, a través de los cuales consideró acreditado que previo al traslado de la cocaína los integrantes de la banda mantuvieron una especie de “asamblea” de directorio en un comedor de la localidad de El Quebrachal. “A esa reunión no fueron los Guardianes de la Doctrina de la Fe…fueron Gerónimo, Maurín y el resto de sus cómplices para finiquitar los detalles del transporte de semejante cantidad de droga, encuentro que se encuentra probado en la causa y al cual varios testigos se refirieron al prestar declaración testimonial”, sostuvo el fiscal.
Asimismo, descartó que Gerónimo haya sido el organizador, rol que sí le adjudicó a Wilson Maldonado Balderrama, quien tenía a “Gerónimo” y los “Maurín”, entre otros, como “segundones”. “Cada uno sabía muy bien qué debía hacer, y si se espera ver una foto de Gerónimo cargando los paquetes de la droga, no la van a ver, porque esa no era su función, pues cada uno sabía muy bien su rol y el de este acusado era el que hacía los pagos”, agregó.
Escuchas telefónicas
Para reforzar esta hipótesis, el fiscal mencionó varias intervenciones telefónicas en las que se hacía mención a esta función, destacó también las declaraciones de testigos que afirmaron haber visto a Gerónimo en el comedor La Negrita, donde se reunieron antes del envío de la droga a Santiago del Estero. Entre otras pruebas incriminatorias, se refirió al dinero que tenía su hermano Jesús Gerónimo, plata que no podía justificar, pues se trataba del botín de su hermano, el acusado, quien ahora intenta desligarse de ello y asegura que esa suma era de Maurín, pero no explicó por qué estaba en poder de ellos.
Tampoco dejó pasar el hecho de que Gerónimo no pudo probar nunca que a través de su negocio de venta de teléfonos celulares pudiera ganar medio millón de dólares, ni que esa plata la haya ganado con la producción y exportación de granos. “Como esto quedó en evidencia, pues el día que transportaron la droga ni siquiera tuvieron el reparo de cargar el camión con soja o algún otro grano para disimular la carga real que llevaban. Y no lo hicieron porque no tienen ni idea de esa actividad; alquilaron un campo y no plantaron ni sembraron nada porque lo único que saben hacer es traficar droga”, destacó.
Resaltó, por otra parte, que Gerónimo no sólo se escapó el día del procedimiento, sino que se mantuvo prófugo por casi cuatro años en Bolivia, donde fue detenido por la policía de ese país. “Agradezco a la fuerza de seguridad boliviana por detenerlo, pero lo que me preguntó es por qué Gerónimo, que aduce no tener nada que ver con el hecho, no se presentó antes a la justicia. Y la respuesta es porque sí tenía que ver y él lo sabe”, señaló.
Estrategia defensiva
Por último, el fiscal Amad tildó de “cobarde” la estrategia defensiva de adjudicarle al fiscal Toranzos haber direccionado la investigación hacia Gerónimo. La defensa, tanto en la apertura del juicio como en su alegato, señaló que se trató de una campaña orquestada desde la política para perjudicar a su cliente.
“Llama la atención que junto a estas manifestaciones surjan afiches y denuncias contra el fiscal Toranzos, cuya honra no puede ser manchada simplemente porque no tiene manera de defenderse. No fue el fiscal, tampoco el juez de instrucción de la causa, ni la docena de magistrados que confirmaron los hechos en contra de Gerónimo, mediante distintos fallos, los que se reunieron en El Quebrachal con Maurín y Velarde, entre otros, para coordinar el transporte de la droga. Fue Gerónimo y eso quedó ampliamente probado en este juicio, tanto por las pruebas presentadas como por la declaración de los testigos”, aseguró el fiscal Amad.
“Las alusiones de perjuicio político no tienen ningún asidero, pues el sector político al que perteneció el acusado siempre ganó en Salvador Mazza, tanto así que llegó a ser concejal, como así tampoco es cierto que el ex presidente Mauricio Macri felicitó al fiscal Toranzos por haber metido preso a Gerónimo, siendo que, al momento del hecho, ni siquiera existía Juntos por el Cambio, el partido en el que militaba Macri. Son todas mentiras que sólo bastardamente buscan denigrar y desviar la atención de la verdad, y esa es que Gerónimo participó del transporte de 267 kilos de cocaína”, finalizó.