El primer testigo que declaró fue miembro de la comunidad a cargo del imputado. Sostuvo que no fue testigo de abusos y que se enteró por las víctimas.
Afirmó que sufrió maltratos y manipulaciones por parte de Rosa Torino y remarcó que los hermanos que abandonaban la congregación, lo hicieron escapando.
Sostuvo que el imputado provocaba y amenazaba con que si alguien hablaba, sería recluido y aislado en lugares lejanos.
Relató que uno de los exnovicios víctima le contó que sufrió abusos por parte del acusado y que pensaba en suicidarse, por lo que le sugirió realizar denuncias canónicas. Luego, la víctima le dijo que también quería hacer una “denuncia de verdad” en la Justicia de Salta.
Sobre la exmonja víctima, recordó que le relató maltratos por parte del sacerdote acusado y que formaba parte de su círculo. La notaba siempre tensionada e indicó que la trataban de loca.
Afirmó que todas las denuncias canónicas fueron entregadas en la nunciatura y enviadas al Vaticano, -que nombró un comisario pontificio-, con copia para el Arzobispado de Salta.
El segundo testigo de este jueves, fue el hermano de uno de los exnovicios víctimas, quien también formó parte de la congregación. Sostuvo que su hermano le contó que fue abusado por el imputado, quien le tocó sus partes íntimas durante supuestas revisiones por varicocele.
El tercer testigo que declaró, es padre del mismo exnovicio. Afirmó que en una oportunidad, visitó a su hijo en Finca de la Cruz y lo notó raro. Le dijo que se quería ir de la congregación.
Indicó que su hijo ingresó a la congregación a los 14 años, por vocación y sostuvo que tomó conocimiento de las situaciones de abuso por primera vez, al leer el diario de su hijo, que dejó olvidado durante un viaje.
Afirmó que a su hijo lo volvieron loco, al igual que a los otros chicos. También sostuvo que el régimen impuesto por el acusado dentro de la congregación, fue peor que el nazismo.