T. B. F. CH. y su pareja L. M. Z. (padrastro de las víctimas) están siendo juzgados como presuntos responsables de las lesiones sufridas por sus hijas de 4 y 7 años en noviembre de 2017, las que pusieron en riesgo la vida de la más pequeña.
Hoy concluyó la ronda de testigos con la declaración de Daniel Eduardo Dib, médico legal del CIF, quien brindó un informe detallado de las lesiones que presentaba G. C. M. Z. (4) al momento de ingresar de urgencia al Hospital Materno Infantil, el 27 de noviembre de 2017. El profesional precisó que la menor llegó con hematomas en el tórax, compatibles con nudillos de la mano (golpe de puño); hematomas de forma alargada en la espalda, compatibles con cinturón, bastón o elemento similar, y hematomas en la frente. El médico indicó que los golpes le causaron una perforación gástrica traumática que, a su vez, le provocó una sepsis que puso en riesgo su vida.
El profesional también brindó un informe de las lesiones que se le detectaron en esa oportunidad a L. A. Z. (7), hermanita mayor de G. C. M. Z. En su caso, la niña presentaba hematomas y contusiones en la cabeza, y hematomas en las piernas.
La ronda de testificales concluyó con la declaración de Gabriela Moyano y Alejandra Collivadino (médicas psiquiatras del CIF), Víctor Alejandro Paz (CIF), Norma Puma (vecina de la pareja imputada), dos oficiales de policía y una testigo de identidad reservada.
La causa se inició a partir de la denuncia del responsable interino de la Unidad de Gestión de Terapia Intensiva Pediátrica del Hospital Materno Infantil, tras el ingreso de la niña G. C. M. Z. (4), la noche del 27 de noviembre de 2017. La menor presentaba múltiples golpes con traumatismo de abdomen, ruptura de estómago y múltiples lesiones en todo su cuerpo, desde laceraciones hasta hematomas con distintos estados de evolución en el tiempo.
También se acreditaron lesiones que presentaba la otra hija de la imputada, la menor L. A. Z. (7).