Al respecto Müller señaló que hoy prima un modelo económico de acumulación de dinero egoista y que el uno por ciento de la población tiene más capital que el restante 99 %.
Esa voracidad económica derivó en una utilización de los recursos naturales, de cual se ven beneficiados unos pocos empresarios por sobre el resto de la población.
“Nunca se puede decir que el desmonte es para generar desarrollo, en ese aspecto Salta tiene un política errada. Antes de un desmonte deben hacerse la pregunta a quien favorece y a que costo”, y ejemplificó con el costo que genera al sistema de salud público de Tucumán los tratamientos de enfermedades respiratorias por la quema de cañas de azucar. “Si ese costo lo van a pagar las industrias azucareras estaría bien, pero no lo hacen”, señaló.
También advirtió sobre la paradoja del uso de glifosato en los cultivos, debido a que aumentan el ciclo de nitrógeno y no repercute en mayor productividad, además de los problemas crónicos de salud que trae a la población la contaminación con ese agroquímico. “Eso sucede a una propaganda en base a campañas solventada con mucho dinero y a complicidad estatal”.
Müller expresó preocupación por la pérdida en la biodiversidad planetaria, llegando al 50 % de la misma en los últimos años en Centroamérica.
Finalmente hizo referencia al cambio climático y en lo ineficiente que fueron las políticas estatales que se diseñaron para contrarrestarlo, al advertir que ninguno de los protocolos firmados hasta el momento logró ese objetivo.
Con respecto al protocolo de París, señaló que de cumplirse literalmente el objetivo de bajar la emisión de carbono para evitar el recalentamiento global, de parte de todos los paises que lo firmaron, “todavía no estaríamos garantizando la supervivencia a futuro, pero por lo menos sería un paso adelante”.
Además indicó que la responsabilidad del cambio climático es de todos los Estados y no se debe limitar a lo que hagan China y Estados Unidos: “Los gobiernos deben entender que los costos que le significarán las consecuencias del calentamiento global, serán superiores a los beneficios que pueden dar las actividades económicas que lo generan, y no solo en términos ecológicos o de bienestar, sino también en lo monetarios, se perderán tierras productivas por inundaciones, menos turismo, más problemas de salud, etc”.
Para cerrar su exposición Müller destacó a la enciclica papal “Laudato SI” como un documento que incluye lo que debe hacerse para poder presevar el planeta.
“Es ridiculo pensar que la salvación está en colonizar Marte, pudiendo sanar el planeta que ya habitamos”, cerró el costarricense.