Ataviados con sus trajes típicos y en medio de un clima de alegría y emoción motivado por la fe en los patronos tutelares de Salta, arribó este miércoles la peregrinación de la Puna Salteña, que convocó este año a miles de personas de lugares como San Antonio de los Cobres, Tolar Grande, Mina Patito, etc.
Fueron varios días de peregrinación, desafiando a la orografía y al clima que es particularmente duro en esa zona, con días de sol y altas temperaturas y noches bajo cero.
Como todas las peregrinaciones, en su camino se cruzó gente de buen corazón que los alimentó, les curó las heridas de los pies o les brindó un caramelo, aunque al final del camino, la recompensa mayor fuera un aplauso y la posibilidad de entrar a la Catedral a saludar al Señor y a la Virgen del Milagro.