La segunda jornada del Solemne Triduo de Pontificales, celebración dedicada a la Exaltación de la Santa Cruz, tuco lugareste jueves en la Catedral Basílica de Salta.
La ceremonia contó con la participación del Nuncio Apostólico en la Argentina, Monseñor Miroslaw Adamczyk. También formaron parte el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello; el obispo de Orán, monseñor Luis Antonio Scozzina; el obispo emérito de Venado Tuerno, monseñor Gustavo Help, y el obispo emérito de Iguazú, Marcelo Martorell.
Homilía del Nuncio Apostólico
Monseñor Miroslaw Adamczyk, representante del Papa Francisco, de quien trajo los saludos, ofició la misa estacional. En su homilía, explicó el significado de la Cruz para la fe cristiana y la evolución del símbolo a lo largo de la historia.
“El amor es fuente de equilibrio, es el secreto de la felicidad”, sostuvo. Y agregó: “¿Quiénes somos nosotros sin amor? Alguien ha dicho: la inteligencia sin amor te hace soberbio, la justicia sin amor te hace duro, el éxito sin amor te hace arrogante, la riqueza sin amor te hace avaro, la docilidad sin amor te hace esclavo, la pobreza sin amor te hace orgulloso, la verdad sin amor te hace insultante, la autoridad sin amor te hace tirano, el trabajo sin amor te hace servil, la oración sin amor te hace introvertido, la ley sin amor te esclaviza, la fe sin amor te fanatiza, la cruz sin amor se convierte en injusta tortura, la vida sin amor no tiene sentido”.
“La cruz es un símbolo de amor; sin la cruz de Jesús no comprenderíamos nuestros sufrimientos ni los sufrimientos del mundo”, continuó el Nuncio. “La cruz de Jesús ha sido necesaria para la salvación del mundo, ha sido solo una estación en el camino hacia la resurrección, hacia la vida sin ocaso”.
Finalmente, el religioso expresó: “Que la cruz de Jesús sea para nosotros fuerza y esperanza en nuestra vida. Ave crux Spes unica, decían los latinos; significa saludo a la cruz, nuestra esperanza, y así sea”.